CONECTA CON TU EQUIPO A TRAVÉS DE LA ESCUCHA Y LAS PREGUNTAS.
Hola a todos;
Empezamos el mes de Junio con un nuevo artículo, que tiene como objetivo dirigir personas hacia un desempeño excelente, esta vez utilizando una herramienta al alcance de todos y que sin embargo, no se emplea lo suficiente o lo bien que se debería. A lo largo de mi post (4 minutos) veremos cómo aplicar la escucha y hacer preguntas a fin de conectar con tus colaboradores.
Saber escuchar te ayudará a construir mejores relaciones y ganar el respeto en el trabajo. Normalmente a las personas que les gustas, te quieren o te respetan ponen atención cuando tú hablas. Y si no te invito a que pienses en alguien que tú creas que es el mejor escuchando, ¿acaso esa persona no encajaría en alguna de las tres categorías anteriormente señaladas?. De ahí la importancia de saber escuchar.
“Tenemos dos orejas y una boca para que podamos escuchar el doble de lo que hablamos.” (Epicteto)
Las preguntas por otra parte son una magnífica forma de:
– Construir relaciones eficientes. Hacer preguntas que muestran tu interés genuino en la otra persona, en lo que piensa y siente, demuestra que valoras la relación. Utilizar preguntas que sean coloquiales, abiertas y colaborativas puede ayudarte a esto efectivamente. Por ejemplo: dime qué piensas sobre esto, explícame un poco más en detalle qué opinas sobre aquello,…etc. Si uno no muestra interés por el otro evidentemente no me acerco.
– Dirigir y formar. Las preguntas pueden servirte para ayudarles a responsabilizarse de su desempeño y desarrollo, en lugar de esperar que como su jefe lo hagas tú. Puedes utilizar preguntas para animarles a reflexionar, considerar alternativas, hacer las cosas mejor y diferentes, aumentar la curiosidad,…etc.
– Aprender. A tener curiosidad, utilizar preguntas para descubrir más y entablar conversación para profundizar en lo que entiendes. Recuerdo que mi padre me decía siempre cuando iba de pequeño al colegio que si no entendía algo que preguntara: <Hijo no es un “burro” el que no sabe, sino el que no pregunta y se queda con la duda toda su vida>.
– Garantizar que se entiende y evitar malentendidos. Las preguntas simples y abiertas pueden ayudarte a asegurarte que habéis compartido información de forma efectiva.
– Resolver problemas y tomar decisiones. Utilizar preguntas de sondeo para descubrir hechos y entender la raíz de los problemas. Las preguntas ayudan a eliminar suposiciones y conjeturas sobre los hechos, meter nuestro mapa y de esa forma acercarnos a la realidad de lo acontecido.
– Gestionar conflictos y reducir tensión. Puedes calmar a la otra persona utilizando preguntas que le permitan compartir sus frustraciones y luego escuchar para hacer preguntas más específicas para que detallen más. Esto te ayudará a entender mejor la problemática y ayudarte a descubrir pequeñas cosas prácticas que puedes hacer y que pueden ser suficientes para que se sientan, que han ganado algo y dejen a un lado la carga negativa de su discurso.
En cualquier caso debemos siempre considerar que la actitud es fundamental a la hora de hacer buenas preguntas. Hablamos de tener curiosidad e interés sincero en las aportaciones de la otra parte. La intención debe ser siempre positiva.
Las preguntas deberían tener un final abierto, hacerse sin incluir consejos, formularlas de forma breve y sencilla, hacer preguntas enfocadas en avanzar (futuro), hacer preguntas que re-enmarcan la situación y de esta forma abren nuevas perspectivas, preguntas del tipo y “qué más” y preguntas que se utilizan para ampliar información. En líneas generales no hay preguntas ni buenas ni malas, sino que espacio dejamos a los demás y cómo vamos a escucharlas, recibirlas,…etcétera.
Hay preguntas que sin embargo ya desde un principio están mal formuladas como aquellas en las que:
– Afirmación con interrogación al final: ¿vas a venir ya, no?. Se pueden considerar como que estamos forzando a la persona que escucha a reconocer que no tiene razón o que no tiene otra respuesta lo que evidentemente provocará una actitud defensiva. Otro ejemplo; ¿No crees que estás sacando conclusiones precipitadas señalando esto?.
– Hacer más de una pregunta seguida sin esperar respuesta. Esto provoca distracción en la otra persona y añadir complicación innecesaria en la conversación.
– Utilizar condicionales “si…”, “entonces…”, ejemplo: ¿Entonces no hiciste eso?. Las preguntas cerradas pueden dar como resultado una conversación forzada, poco natural y unilateral, dando sensación en algunas ocasiones incluso de interrogatorio.
– Preguntas dirigidas: ¿Pensaste o no pensaste…?. Las preguntas que dirigen buscan una repuesta concreta, generan negatividad, fuerzan en la comunicación a aceptar el punto de vista del otro, ejercen presión sobre la otra persona,….este tipo de preguntas por tanto cierran oportunidades de éxito y no permiten aclarar malentendidos ni lograr objetivos.
Históricamente ya en la época de Sócrates y su método (Mayéutica) este fué llamado el anti-maestro debido a que él, enseñaba en base a lo que las demás personas sabían, se practicaba el arte de la escucha y las preguntas con el fin de que sus discípulos aprendieran y crecieran.
Pues bien en la empresa ocurre lo mismo, la manera en que nos comunicamos con los demás y con nosotros mismo en última instancia determina la calidad de la relación con nuestros empleados y de nuestra vida sin duda. La comunicación sigue siendo la verdadera tarea del liderazgo del siglo XXI, donde curiosamente y a pesar de estar cada vez más comunicados, solo hay que ver todas las nuevas tecnologías, redes sociales,…etc. que hay y sin embargo las personas se sienten cada vez más solas e infelices. Y todos sabemos de la importancia de tener empleados felices en nuestras empresas y de como estos influyen positivamente en la productividad y los resultados de las empresas, ¿verdad?.
Así que te lanzo un par de preguntas para que reflexiones; ¿Cuándo fue la última vez que tuviste una conversación sincera, desde la curiosidad con un empleado tuyo y no para decirle lo que tenía que hacer?. ¿Cuándo piensas tener tu próxima conversación, pero esta vez desde el respeto por la otra persona, escuchando lo que la otra persona realmente te dice y utilizando las preguntas anteriormente indicadas, para comprender como se siente la otra parte?.
Pruébalo y me cuentas como te ha ido por favor y por supuesto si necesitas más información o tienes alguna duda sobre este tema o cualquier otro, puedes escribirme a info@blogcoachjgd.com, estaré encantado de poder ayudarte.
Javier Giménez Divieso acompaña a Profesionales, Empresas y Equipos a mejorar sus resultados, a través de la Formación, Mentoring y el Desarrollo Personal.
Directivo senior con veinte años de experiencia en diferentes unidades de negocio nacionales, es además Formador, Mentor, Conferenciante, Coach Ejecutivo y Equipos certificado por ICF y acreditado con la Certificación Internacional The Society of NLP de EE.UU y el Dr. Richard Bandler, cocreador de la Programación Neurolingüística.
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