ASÍ SE ACABA CON LA ILUSIÓN DE UN TRABAJADOR.

Así se acaba con la ilusión de un trabajador.

El artículo de así se acaba con la ilusión de un trabajador  comienza con el testimonio de una persona que me decía que ya no era feliz en su trabajo. Había perdido la ilusión de levantarse cada mañana e ir a trabajar. Había días que incluso llegaba a casa llorando de la impotencia. “Siento que no se me ha dado una oportunidad y me han hecho sentir como una mierda”; eran sus palabras rotas de dolor y sentimientos contradictorios, que le hacían incluso sentirse culpable por haber llegado a esa situación. Todo ello mientras me contaba, los que serían probablemente sus últimos días en aquella empresa.

Pero, ¿por qué una persona que empieza en una empresa ilusionada como fue su caso, acaba meses más tarde así? Su ejemplo, no es una excepción. Y ojo no todo en la vida es una cuestión de dinero, tiene mucho que ver desgraciadamente con cómo es el jefe que tenemos. Y es que ser ‘jefe’ es una gran responsabilidad y algunos olvidan estas tres tareas indelegables, que me apetece compartir contigo y que resultan indispensables a la hora de dirigir y gestionar personas con éxito.

La primera de ellas es la obligación que tenemos como jefes de que nuestros empleados se sientan reconocidos en el trabajo. Esto sin lugar a duda, hace que el trabajo sea mejor. Mientras que por el contrario el anonimato lo mata. Si tienes un puesto de responsabilidad en tu empresa, ¿Qué haces para que tú gente se sienta importante, querida, valorada y respetada?

En segundo lugar, que te hagan sentir que tu trabajo importa y tiene sentido. Y si no, al menos que sea entretenido y estimulante. Por eso tú como jefe; ¿hablas con tu equipo al respecto como impacta su trabajo en la empresa? ¿Les haces partícipes de la evolución de la empresa para la que trabajan?

Y en tercer y último lugar, ¿acostumbras a decirle a la gente como lo está haciendo? Sentirse útil, productivo es importante para las personas. Y ya no se trata solo de que te digan como lo estás haciendo, también de cómo mejorar, que te den la oportunidad de aprender cosas nuevas, de poder crecer dentro de la empresa y llegado el momento incluso de poder promocionar. Todo esto ayuda a que uno se sienta más satisfecho con su trabajo y quiera permanecer en el. Y evitemos el título de este artículo: “Así se acaba con la ilusión de un trabajador”.

Querido lector, créeme que es muy triste ver las oportunidades desperdiciadas por muchas empresas a las que acompaño en ese viaje juntos al éxito, porque sus managers en demasiadas ocasiones están más preocupados en vender, que en cubrir las necesidades que todos los humanos tenemos: tener seguridad y sentirnos apreciados y valorados. Y es que conviene recordar, una vez llegado al final de mi artículo que: “Más ventas no garantizan empleados felices, pero empleados felices si garantizan más ventas”.

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