UN HOMENAJE A LOS MÁS GRANDES, NUESTROS ABUELOS.

“Un homenaje a los más grandes, nuestros abuelos”.

Hace unas horas veía en televisión que la vacuna llegaba a España y empezaba a suministrarse entre nuestros mayores. Los abuelos y abuelas que tanto han sufrido tanto durante esta pandemia en todos los sentidos, eran los primeros en vacunarse. Y es que quizás nos hemos olvidado, pero hasta no hace mucho era habitual acercarse a un colegio y ver como los abuelos eran en muchos casos, las personas que llevaban y recogían a sus nietos, a nuestros hijos y que siempre han estado ahí cuando se les ha necesitado.

Por eso este último post del año, me gustaría dedicárselo a todos ellos. A todas esas personas que con su ejemplo en casa, aislándose y renunciando a lo que más quieren muchas veces como es estar con su familia en estas fechas, lo hacen por amor a los demás. Y como no entre los abuelos, me gustaría hablarte de uno que para mí ha sido muy especial, mi abuelo Paco. Una persona que hace ya algunos años nos dejó y que en estas fechas siempre me viene a la memoria. También a los miles de personas mayores que este último año desgraciadamente se han ido, privando a sus nietos y familiares de disfrutar de ellos.

Nuestros mayores tienen muchas virtudes. A mí en esta publicación, me gustaría hablarte de tres de ellas que tenía mi abuelo. Y que especialmente en estas fechas tan entrañables me han venido a la mente y me apetece compartir contigo.

Todos los años cuando llegaban estas fechas y la familia al completo nos juntábamos en su casa para celebrar la nochebuena nos sorprendía con un disfraz. Era capaz de ponerse una peluca de colores, maquillarse, ponerse tacones, salir con un palo de la escoba y ponerse a cantar y hacer literalmente el payaso. A él no le preocupaba hacer el ridículo, pues lo único que le importaba era ver feliz a sus hijos, nueras, nietos, etc. Es lo que se denomina el liderazgo de servicio, donde lo importante no eres tú son los demás, las personas que te rodean. Ojalá algún día toda esta clase política que nos representa de todos los colores (rojos, azules, morados, naranjas, verdes, …etc.) aprendan un poco de nuestros abuelos y sus valores.

Otra de las cosas que recuerdo con enorme cariño era que mi abuelo todo sea dicho era bastante agarrado. Lo que se suele decir de la virgen del puño. Siendo pequeño solo le recuerdo que abriera la cartera delante de mí para comprarme algo en una ocasión, pero no hacía falta. Muchas personas creen que el amor se compra regalándoles a nuestros hijos móviles, consolas, etc., pero lo que realmente quieren nuestros hijos es pasar tiempo con nosotros. Tiempo que sustituimos muchas veces con regalos. Y es que el amor no se compra, se demuestra con hechos.

Recuerdo una etapa de mi vida siendo pequeño que tenía que ir todos los días a la malvarrosa en Valencia a hacer rehabilitación. Mi abuelo fue la persona que estuvo siempre ahí a mi lado acompañándome. Eso es amor. En las empresas sucede lo mismo, el compromiso de los empleados con la empresa no se compra con dinero. Y aunque este es importante para poder vivir, nunca es suficiente para sustituir el precio que supone trabajar en una empresa donde tienes un jefe que te respeta y te valora. Un jefe que te cuida y que incluso en los peores momentos como estos, sabes que está cerca de ti. Ya lo dice el refrán; “Los empleados no dejan sus puestos de trabajo, abandonan a sus jefes”. Por lo que no olvides nunca valorar y apreciar a tu equipo.

Y hablando de valorar y apreciar no podría acabar este pequeño homenaje a mi abuelo y a todas las personas mayores, sin una anécdota que trata precisamente de esto. Sabéis mi abuelo tenía una pasión que era el fútbol. De hecho los fines de semana acudía al campo de fútbol del Valencia C.F. Allí durante los partidos se dedicaba a vender pipas, cacaos, chocolatinas, golosinas, bebidas, etc. entre el público con su cesta de mimbre. Yo le acompañaba muchos fines de semana y me colaba a ver el fútbol.

En el trayecto mientras andábamos hacia el campo de fútbol, debido a que conocía a muchas personas, habitualmente lo paraban en mitad de la calle y se ponían a hablar con él. Él enseguida me presentaba: “Mira el meu net, el mes flamenco que tinc de tots” (Mira mi nieto, el más flamenco que tengo de todos). Con todo el que se cruzaba siempre le decía lo mismo. Yo recuerdo con ocho años más o menos que tendría, escuchar a mi abuelo estas palabras y sentir un orgullo y una satisfacción inmensa. Esto es amor. Sabes lo gracioso de esta anécdota, es que las mismas palabras las utilizaba para sus cinco nietos, todos eran los más flamencos. De esto yo me enteré años más tarde, pero aún así mi amor por el fue siempre indescriptible. ¡Era un crack!

En las empresas olvidamos muchas veces que los colaboradores que tenemos son también los más “flamencos”. Y es que muchas veces uno no elige el equipo que quiere, sino el que le toca dirigir y gestionar. Y aunque quizás no sean los más flamencos son tu equipo. Por eso no lo olvides, que ellos sepan que su jefe cuenta con ellos y que los valora, hará que den lo mejor de ellos por ti y por la empresa.

Podría escribir muchas páginas sobre él y contaros muchas anécdotas, seguro que tú también tienes muchas de los tuyos. Me encantaría que las compartieras en este pequeño homenaje a todos ellos. En cualquier caso por eso y porque se merecen todo, bienvenidas las vacunas si sirven para que muchos niños y niñas puedan seguir disfrutando de sus abuelos, muchos más años.

Un beso enorme allí donde estés abuelo, te quiero.

PD: En la foto aparece mi abuelo con su cesta, vendiéndole a una de las figuras más importantes del Valencia C.F. en los años 60. Waldo la leyenda brasileña del Valencia, todo un orgullo sin duda para él y que inmortalizó en este trozo de periódico que yo conservo.

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Directivo senior con más de veinte años de experiencia en diferentes unidades de negocio nacionales. Trabaja actualmente como Formador, Mentor, Conferenciante, Coach Ejecutivo y Equipos certificado por ICF.

Además está acreditado con la Certificación Internacional The Society of NLP de EE.UU y el Dr. Richard Bandler, cocreador de la Programación Neurolingüística y con formación en Hipnosis Ericksoniana.

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