EL PROPÓSITO.
Probablemente alguna vez en la vida y si no lo has hecho nunca, quizás este es un buen momento, para preguntarte ¿cuál es el propósito de tu vida?. La verdad es que no resulta nada fácil o al menos esa ha sido mi experiencia personal, pero por otra parte considero que se hace imprescindible para vivir cada día de nuestras vidas con un sentido.
En mi caso la cuestión surgió hace ya algunos años después de un proceso de autoconocimiento interno que me facilitó el coaching y alguna que otra formación de desarrollo personal y debo admitir que desde entonces mi vida cambió. Pero esto no ha sido nunca así, de hecho durante muchos años de mi vida, me he dedicado a buscar objetivos y éxitos de forma constante, pero sin ningún tipo de conexión o hilo conductor que me explicara el porqué y el para qué.
Es muy probable que en mi relato, encuentres algún elemento de similitud o no, pero en este caso todo empezó probablemente en la infancia, cuando empiezas a tener recuerdos y por ejemplo observas en tus progenitores comportamientos y/o escuchas comentarios que condicionan tu pensamiento y originan distintos tipos de creencias, siempre desde el amor de unos padres que lo dan todo para que sus hijos tengan un futuro mejor y no pasen por las dificultades que ellos han vivido. Mi familia es una familia muy humilde y con estudios los justos, que siempre ha deseado que sus hijos fueran “mejor” que ellos.
Estas creencias, valores, adquiridos van modelando al niño que todos hemos sido en algún momento de nuestras vidas y hacen que nuestros comportamientos estén condicionados por nuestro mapa mental, lo cual unido a un entorno social donde lo que priva es la “fama”, hacen que muchas veces las personas persigan objetivos donde el foco está en conseguir tener un trabajo cada vez mejor pagado, más reconocido y prestigioso hablando desde el punto de vista laboral, pero que sin embargo sigue sin responder a la pregunta que os señalaba al principio de mi artículo: ¿cuál es nuestro propósito?.
Esto ocurre también en las empresas, cuando uno realmente verifica con los equipos, cual es el propósito y el porqué de la existencia de la empresa para la que trabajan, a la mayoría les resulta difícil encontrar una respuesta clara y unívoca y las respuestas más habituales señalan a objetivos de ventas, de beneficio, de ofrecer valor a los accionistas y otras muchas variables empresariales, que se desvían de la principal cuestión.
Una de las cosas que resultan muy comunes en las personas, es la de intentar alcanzar la felicidad persiguiendo las cosas que no la dan. Y realmente ese objetivo que perseguimos, ¿es el propósito de nuestra vida?. Por ejemplo algunas personas pueden pensar que el DINERO, claro está tener más dinero es su propósito en la vida, pero todos sabemos que este es un medio para conseguir alguna otra cosa, es decir el dinero no es el fin en sí.
La SALUD es otro factor muy importante, porque lo que está claro es que sin salud no se puede conseguir nada en la vida, digamos pues que la salud es como una condición sine qua non para lograr la felicidad, ya que su ausencia lejos de ayudarnos nos debilita y nos hace sufrir.
Encontrar el propósito en la vida es algo fundamental y al que sin embargo no le dedicamos el tiempo que se merece, es un trabajo introspectivo muy importante de auto conocimiento de uno mismo, de descubrir en algunos casos y en otros de reescribir negro sobre blanco por ejemplo que fortalezas tenemos y cómo movilizarlas para conseguir nuestro objetivo. En este sentido una práctica que recomiendo es preguntar a las personas de tu alrededor; compañeros, amigos, familiares que competencias, habilidades, destacarían de ti. Muchas veces las personas de nuestro alrededor, ven aquello que para nosotros no es tan factible y esto nos ayuda sin duda a crecer y mejorar como personas.
Dentro de ese propósito hay un área sumamente importante que es la del TRABAJO y lo que importa ya no es en sí el trabajo, con independencia del puesto o cargo que ocupes, lo realmente importante es la realización que obtenemos de él. Cuando el trabajo se convierte en un único medio para ganar dinero y pagar facturas y no encontramos nada más allá de la motivación intrínseca de ganar dinero, estamos desperdiciando nuestra vida. Y en esta parte somos muchas veces los principales responsables de las cargas que nos echamos a la espalda, por vivir en una sociedad de aparentar lo que uno no es. Nos complicamos la vida tratando de ser mejor que nuestro vecino, nuestro compañero de trabajo, tratando de imitar a otras personas que tenemos como referentes, buscando la aprobación de terceros,…etc. Hacemos cosas que no haríamos, si fuéramos realmente conscientes de lo que supone para nosotros tomar esas decisiones. El resultado final es gente infeliz, personas que sienten un tremendo vacío interior, llegando incluso a enfermar, ya que nuestro cuerpo es sumamente inteligente y detecta en forma de señales que nos lanza, que hay algo que no funciona dentro de nosotros.
El otro día hablaba con una persona que me comentaba su enorme frustración y desmotivación, porque le habían prometido un ascenso que no llegó a materializarse (una de las causas de desmotivación en los equipos), o bien sus expectativas fueron mayores que lo realmente prometido (otra posible causa); pero cuando le pregunté porqué quería ese puesto y el para qué se quedó en blanco y no supo contestarme.
Las personas somos muy dadas a dar consejos sobre cómo tienen que vivir la vida otros, cuando ni siquiera nosotros sabemos vivir la nuestra, curioso ¿verdad?. Así pues mi recomendación sería que nunca trabajes por dinero exclusivamente, ni por reconocimiento o intentar agradar a otra persona, porque la única persona importante eres tú. Trabaja por tu realización personal y disfruta cada día como si fuera el último, con la apertura de mente y la curiosidad de un niño, eso o por el contrario tira a la basura como mínimo una tercera parte de tu vida profesional que traducido a años si sacas números te dejará cuanto menos preocupado.
En esta lista hay una palabra que nos faltaría y es la de AMOR. Amor hacia uno mismo y hacia las personas. Yo llevo veinte años de actividad profesional y todavía me quedan algunos más espero y si hay algo que recuerdo y me trae bonitos recuerdos, no son los objetivos conseguidos, las promociones, los incentivos conseguidos, que no os voy a engañar están muy bien, pero no tiene comparación con las personas que he tenido la oportunidad de conocer en todos los lugares de la geografía española en los que he vivido. En mi cabeza y especialmente en mi corazón guardo momentos, celebraciones, conversaciones con compañeros que forman parte de mi vida y a los que tengo que agradecerles tantas cosas buenas que la lista sería interminable.
Evidentemente la vida no es de color de rosa y en este tiempo me he encontrado de todo; personas buenas, menos buenas, agradecidas, desagradecidas, cariñosas, envidiosas… etc., pero después de estos años si tengo claro son dos cosas: la primera es que todas las personas que se han acercado a mi vida, con independencia del motivo y sus fines, me han enseñado siempre algo y es por ello por lo que debo estarles agradecidos. En segundo lugar conocedor de que el tiempo es limitado, trato de dedicarle el tiempo a las personas que realmente valoran mi tiempo, a las personas a las que proceso amistad, cariño, amor,…etc. Básicamente es como separar el grano de la paja, ya que cada vez que regalas una hora a alguien que no es merecedora de tu tiempo, se la estás negando a alguien que podría merecerla mucho más, no lo olvides.
Espero que encontréis vuestra misión en la vida, porque su descubrimiento representa a ese faro que alumbra a los barcos que navegan a través del mar en medio de la oscuridad. En mi caso tal y como reza en mi extracto de LinkedIn mi propósito es: “ayudarte a ti o a tu empresa a lograr vuestro propósito, de una forma sostenible en el tiempo y donde el valor principal y diferencial sean las personas”. Y en tu caso; ¿cuál es tu propósito?. ¿Qué tal si lo compartes con el resto?.
Este artículo está escrito en agradecimiento a todas las personas amigos, compañeros, familia y especialmente mi compañera de viaje, que me habéis ayudado a ser la persona que soy hoy en día. Muchas gracias por todo y nos vemos en el siguiente artículo en el mes de Marzo.
Javier Giménez Divieso acompaña a Profesionales, Empresas y Equipos a mejorar sus resultados, a través de la Formación, Mentoring y el Desarrollo Personal. Directivo senior con veinte años de experiencia en diferentes unidades de negocio nacionales, es además Formador, Mentor, Conferenciante y Coach Ejecutivo y Equipos certificado por ICF. Más información en www.blogcoachjgd.com.