LA FORMACIÓN, UNA PANDEMIA NECESARIA PARA TODOS.
Ahora que como consecuencia del covid-19 se ha puesto de actualidad el teletrabajo, la formación a distancia, etc., a mí me gustaría hablarte de la importancia que la formación presencial u on line, tiene en el crecimiento y desarrollo económico de las empresas y en las personas a largo plazo. De ahí que al artículo de este mes haya querido llamarle: “La formación, una pandemia necesaria para todos”.
La formación es una práctica que multiplica el valor de todas las personas, pero sin embargo los datos demuestran que todavía seguimos muy alejados de otros países principalmente del norte de Europa, que nos duplican y casi triplican a la hora de invertir en formación.
¿Pero por qué sucede esto? Es probable que sean muchas las circunstancias que hagan que las empresas no confíen, todo lo que debieran en la importancia de la formación. También que esta aún haciéndose, se realice de forma incorrecta.
La formación se define como el conjunto de experiencias de aprendizaje planificadas por una organización, con el fin de inducir un cambio en las habilidades, conocimientos, actitudes o comportamientos de los empleados en su trabajo. Y es precisamente la palabra “planificación” una de las que determina la efectividad de la misma. Muchas veces la formación se identifica con la corrección de las deficiencias o necesidades “ahora” de los trabajadores pero en ese cortoplacismo, nos olvidamos de las necesidades en habilidades, competencias, etc. futuras, que nuestra organización necesitará.
Nosotros no somos muy diferentes a algunas organizaciones en el sentido de que actuamos muchas veces a la hora de realizar una formación por impulso, por precio, por costumbre, etc. Pero no desde una planificación de: donde estoy, de donde vengo y a donde quiero llegar. A veces una simple pregunta cómo: ¿Para qué realizamos tal o cual formación?, puede ser suficiente para tomar una decisión. Esto se agrava especialmente en los empleados a medida que cumplimos años. Vemos la formación muchas veces como un “castigo“, cuando precisamente debiéramos pensar en que a partir de +45 años somos un colectivo de “riesgo“. Y no por el coronavirus sino porque podemos ser reemplazados por profesionales más jovenes, más inexpertos pero más baratos muchas veces. Por tanto si formas parte de ese colectivo y tienes un trabajo, hazte un favor y continua invirtiendo en tí y mejorando tu empleabilidad a través de la formación, coaching o el mentoring.
En otro orden de cosas, mira no hace mucho, tuve la oportunidad de trabajar con un cliente que tenía una necesidad constante de estar formándose. Gastaba cantidades elevadas en formaciones muy diversas, con el objetivo de gestionar mejor su negocio y ser autosuficiente. Sin embargo cuando uno quiere tocar muchos instrumentos al mismo tiempo, acaba haciéndolo mal, pues no es un músico experto en ninguno. Al final descubrió una solución mejor , más práctica y a la larga más económica; trabajar con un mentor. Un mentor es una persona con experiencia en el área de interés del mentorado (cliente) encargada de guiar a este para que consiga sus objetivos. El mentor se compromete a transmitir su experiencia aprendida durante la práctica y dilatada experiencia o del estudio y observación de casos de éxito, así como las estrategias que funcionan y funcionaron para otros clientes suyos y que pueden hacer ahorrar tiempo y obtener resultados más rápidos al mentorado. Así pues infórmate de que otros servicios pueden serte incluso de mayor utilidad, cuando por ejemplo diriges una empresa o negocio.
Otro de los problemas que tienen algunas empresas es que invierten en cursos y planes de formación, pero no miden el beneficio que esto les reporta. Habitualmente se quedan con las sensaciones de si ha gustado o no la misma y el coste pero poco más. Cuando si midiéramos los resultados de una formación bien diseñada, al cabo del tiempo observaríamos las innumerables ventajas a nivel empresarial que esta tiene. A modo de ejemplo:
- Mejora el capital humano que hay en las empresas. En el sentido que la formación implica la mejora de conocimientos, habilidades, actitudes que a la postre: incrementan la productividad de los trabajadores, los adaptan a las nuevas tecnologías, mejoran sus estilos directivos, etc.
- Refuerza otras políticas de recursos humanos. La formación puede reducir la necesidad de reclutamiento externo, incrementar la eficiencia del trabajo en equipo y puede ser considerada una recompensa no monetaria.
- Mejora el compromiso del trabajador ya que la empresa le ofrece estabilidad. La formación supone una señal de que la empresa ofrece estabilidad. Por lo tanto los empleados se implicarán más a largo plazo con la empresa; fomentará su lealtad (disminución absentismo y rotación).
- Atracción de “talento” con deseo de formarse. Para evitar oportunismo la empresa debe plantear políticas de RR. HH. que prolonguen la estancia del empleado en la empresa: carreras, recompensas, puestos donde aplicar lo aprendido etc.
- Otros efectos secundarios o beneficios indirectos. Cuando una persona se forma, esta comparte lo aprendido con los compañeros. Es también una forma de enviar mensajes a los trabajadores, otras empresas, clientes etc. , al respecto cual es la cultura y los criterios de éxito de nuestra empresa.
Pero a nivel individual también tiene sus beneficios por ejemplo:
- Genera una mayor satisfacción en el puesto de trabajo.
- Proporciona una mejora en la confianza de las propias capacidades.
- Incrementa el control sobre la propia carrera profesional.
- Aumenta la motivación a través del reconocimiento, logro, progreso o la responsabilidad.
Así pues independientemente de si es empresa o persona, los efectos de la formación son siempre positivos. El problema es siempre el mismo: parar y pensar en que es lo que realmente necesito yo y mi equipo, antes de lanzarse a la ventura de prisa y corriendo.
Un último consejo si me lo permites. Ten por favor estas preguntas en tu cabeza a la hora de planificar una futura formación:
- ¿Cuáles son las necesidades y desafíos más críticos que surgirán en los próximos años?.
- ¿Qué habilidades o conocimientos se necesitarán para superarlos?.
- ¿Qué tipo de personal será necesario?.
Sobre la base de tus respuestas, me gustaría ya sea bien a través de la formación, el mentoring o el coaching; ayudarte a conseguir más éxito.
¿Viajamos juntos al éxito?
Javier Giménez Divieso acompaña a Profesionales, Empresas y Equipos a mejorar sus resultados, a través de la Formación, Mentoring y el Desarrollo Personal.
Directivo senior con más de veinte años de experiencia en diferentes unidades de negocio nacionales. Trabaja actualmente como Formador, Mentor, Conferenciante, Coach Ejecutivo y Equipos certificado por ICF.
Además está acreditado con la Certificación Internacional The Society of NLP de EE.UU y el Dr. Richard Bandler, cocreador de la Programación Neurolingüística y con formación en Hipnosis Ericksoniana.
Es autor del libro “Viajando juntos al éxito”. Un libro en el que descubre las claves del éxito empresarial y profesional a través de su propia experiencia de más de dos décadas al frente de organizaciones empresariales y que está ya disponible en Amazon.
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